domingo, 10 de marzo de 2013

SABOR AGRIDULCE

Después de unos años de afición cultivando mis perejiles, tan feliz yo, llegó la oportunidad de dar un pasito más en mi afición, en primer lugar me apunté a la asociación local de Bonsai, y empecé a tomar algunas clases de bonsai en Bonsai Center Sopelana. Después, con motivo de la II fiesta del Bonsai en Sopelana, se trajo a Taiga Urushibata para hacer unas demostraciones y  un taller, así que un tanto valiente y quizás inconsciente decidí apuntarme al taller con Taiga.

No tenía ningún árbol decente com para presentarlo al taller, así que decidí adquirir uno. Los árboles disponibles a un precio razonable, ajustado a lo que me quería gastar, no me atraían. Pero me enamoré de una sabina que se salía de presupuesto, valoré las opciones y en vez de irme de vacaciones a New York con mis amigos, decidí pillar esa pedazo sabina e irme en Septiembre yo solito a hacer el Camino Primitivo (esto si que fué un acierto, un viaje inolvidable), aunque quizás solamente sea una excusa, y no me apeteciera demasiado viajar a Estados Unidos).

Estas son las primeras fotos que tengo en Julio del 2011.






Así que allí me planté con mi sabina, sin tocar y como un libro en blanco, simplemente con la intención de aprender.  Taiga me decía lo que tenía que hacer y me enseñaba cómo hacerlo y yo después intentaba imitarle. 

Esta es una foto de la sabina justo antes del taller.








Primero eliminé chupones y limpié la madera, esto casi me llevó media mañana y es algo que normalmente se lleva hecho a un taller, pero en aquel entonces era la primera vez que me enfrentaba a algo así. Un lujo, Taiga enseñandome a limpiar madera y buscar la vena viva...
Después me enseño a hacer Jin y alambró una parte del árbol y me explicó como quería que diseñara el árbol. 







Y así estaba el árbol después del taller.





En principio, me pareció que el taller dió para poco, pero con el tiempo si que he entendido, lo mucho que aprendí y lo valioso que fue para que yo después siguiera trabajando el árbol por el camino que había iniciado. 


Así que continué con la poda, el alambrado, trabajando la madera, aplicando líquido de Jin y así lucía el árbol en la exposición de primavera de la BBE.














A partir de aquí parece que el árbol empezó a decaer y en Julio me dí cuenta de la plaga de cochinilla algodonosa que había invadido la planta metiendose por debajo de los alambres. retiré todos los alambres y manualmente y con un cepillo de dientes agua y alcohol, intenté repetidamente eliminar toda la cochinilla, aunque siempre volvía a aparecer. 

En Agosto me decidí a aplicar un insecticida sistémico específico para cochinilla, apliqué el producto a la sabina, y a las plantas de al lado, una azalea y un manzanito everest. 

La unión del insecticida, el fuerte calor de aquellos días, (se estuvo a cerca de 40 grados varíos días seguidos, algo no muy usual en la costa cantábrica) y que me mudé a vivir a Vitoria, con lo que conlleva de falta de atención, dió lugar a un gran descuido, el árbol empezó a secarse por la parte expuesta al sol, empezando por la rama inferior. La azalea también secó las hojas y el manzano una parte de ellas también.

Así que recurrí  a Beti de Bonsai Center, donde el árbol ha estado desde entonces en la uci, por suerte ha sobrevivido el ápice y algunas ramas y parece que ya va recuperandose, por lo que en un futuro se podrá volver a diseñar.

El fin de esta entradaes reflexionar sobre lo que ha supuesto este árbol en mi afición al bonsai. Adquirir piezas de mayor calidad siempre supone un gran paso adelante y un gran aprendizaje, en poco tiempo aprendí a limpiar madera, hacer Jin,  usar la dremel, aplicar líquido de Jin, alambrar con cobre, cosas que nunca había hecho antes. Aunque, por contra también supone una responsabilidad y prestar mayores atenciones a los árboles, que a veces por trabajo o por otras circunstancias de la vida no se pueden realizar como uno quisiera.

El gran disgusto, y el sabor agrio,por eso el título, vino con el decaimiento del árbol, afortunadamente el árbol ha sobrevivido, probablemente debido a que estaba fuerte y sano.  Espero que el que lea esta historia pueda sacar algo de provecho para sus propios árboles.

El futuro es algo incierto y me llevará a separame por una buena temporada de esta sabina, aunque se que  está en buenas manos.

Gracias Beti.













2 comentarios:

  1. Un articulo fantastico. Saludos y desde aqui nos acordamos mucho de ti.
    Beti

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    1. Gracias por tu comentario, yo tambien me acuerdo de vosotros. Y más después de haber visitado un vivero de bonsais aquí.

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