domingo, 22 de septiembre de 2013

Un poco de turismo, al fin.

Hola de nuevo, ha pasado ya mucho tiempo desde mi última entrada. La verdad es que no ha sido sencillo el escribir.

La adaptación a un nuevo país, el trabajo, las mudanzas y el no poder acceder a internet de continuo han sido las causas de esta demora. Hace poco que he solucionado el tema de internet, por lo que poco a poco intentaré poner en marcha este blog.

Me encuentro trabajando en Rancagua, ciudad situada a 70 kms al sur de Santiago, esto es, más o menos hacia la mitad de Chile. Se enclava dentro del Valle Central de Chile, entre la Cordillera de la Costa y la Cordillera principal (Los Andes). 

Es una ciudad de 200.000 habitantes, y la capital de la VI Región pero lo cierto es que no hay mucho que hacer por aquí, y no es precisamente un lugar bonito, seguramente lo más turístico en esta zona esté ligado a la cultura del vino (Valle de Colchagua) y a antiguos asentamientos mineros (Sewell).

Así que después de todo este tiempo en Chile, a principios de Septiembre, sacamos un poco de tiempo para realizar un viaje relampago al Sur de Chile, y decir que solamente por la belleza de los lugares visitados ha merecido la pena todo esta aventura por Chile, país que espero poder seguir visitando y poder enseñarlo a través de aquí.

La primera escala del viaje tras 10 horas de autobús fue Valdivia, capital de la región de Los Ríos. La ciudad está enclavada en las riberas de una ría, lo que le da un encanto especial. Aquí la temperatura es fría y la lluvia omnipresente, lo contrario de Rancagua, donde el clima es mediterráneo, seco y soleado.

 
 El paseo por los muelles fue un deleite y donde nos encontramos con alguna agradable sorpresa.


Después de comer visitamos, Niebla, un pueblo situado en la costa y de vuelta la cervecería Kuntssmann, donde cenamos y pasamos una agradable velada, aprendiendo más cosas acerca de como se produce la cerveza.

Al día siguiente, más autobus, hacia la Patagonia Chilena, primero Puerto Montt, y después hasta Puerto Varas, pueblo muy turístico nacido de la inmigración alemana, a las orillas del lago Llanqihue. El tiempo era horroroso y teníamos dudas sobre que hacer, al final decidimos quedarnos y a la mañana siguiente...


 Amaneció un día radiante, así que nos dirigimos hacia el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales. Situado en las inmediaciones del Volcán Osorno.





Primero visitamos los saltos del río Petrohue, río de aguas bravas y de un color azul turquesa intenso. 


 Con las últimas lluvias caídas, el lugar era simplemente espectacular.



Después nos dirigimos al Lago de Todos Los Santos, ya no muy lejos de la frontera con Argentina, de camino a Bariloche. Después de una vuelta en barca, fuimos a comer trucha del lago, deliciosa, y no es mi pescado preferido.


Este lago de origen glaciar tiene unos 40 kilómetros de largo y llega a alcanzar los 300 metros de profundidad. 



 Después, visitamos la Laguna Verde, hacia la otra vertiente del Osorno, una Laguna con un intenso color verde por acción de las algas, y ya solamente había tiempo para cenar en Puerto Varas un delicioso asado, y de vuelta a Puerto Montt, para tomar el bus de vuelta a Rancagua.

 
No puedo dedicarme a mi afición por el bonsai, de momento, pero espero pronto poder hacer pequeños trabajillos, y enseñar más cosas sobre mi estancia en Chile.

Un saludo y hasta pronto.